viernes, 15 de marzo de 2019

Paréntesis XIX


La noche sucede
aplasta los grumos del día
sucede y se queda
inmóvil
en tus ojos en los míos
que no se miran
no se miran
no se miran.
Tarde muy tarde
mientras Dios y Satán duermen
desnudos y exhaustos
tarde muy tarde
machacamos recuerdos
trituramos promesas
inventamos verdades a medias.
Tarde muy tarde
levemente iluminados
titilantes
sin mirarnos
nos precipitamos resucitados
rodamos resucitados
musgosos
tan reales como las piedras.

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