Paréntesis XXIX

Esquivos, fugitivos

tus ojos moran en tu cara.

Cuando los atrapo

siempre huyendo

veo en ellos un niño profundo

que late como el río, entonces

la línea de mi corazón se detiene

y lo invito a jugar,

con ternura, con cuidado.

A veces, juega y llora

a veces, juega y desgarra

a veces, juega y canta

hasta que se duerme

sosteniéndome en su pecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Robos aceptados

Cuando desperté, usted

se había desvanecido,

pero en el sueño

estaba dormido,

exhausto y dormido sobre mi vientre.

Si soñé con usted así,

así virtuoso y ausente de deseo,

ausente y tan lejos de mí

como aquella niña, este río,                              

o sus manos,                                                    

es porque robarlo de ese modo                    

es mi forma de quererlo.                                     

Quererlo es encontrarme una mañana

devorando los restos de mis sueños

hasta el siguiente encuentro.

 

Paréntesis XXVIII

 

Los días serán

largos y lentos,

tu recuerdo

se sentará a mi lado.

Más sueño que recuerdo

tu mano

rozará la mía

hundida en un sol

cercano e indiferente.

 

 

 

Paréntesis XXVII

 

¿Late el amor
en el abismo?
amarte es amar
las sombras
y el silencio,
pero guardo esa mirada
que viajó desde tu alma
esa palabra
que atravesó tus muros
y con eso
y el recuerdo de tu risa
te alcanzo
y me trepo a tu cintura.
 

Paréntesis XXVI

 

Yo sé bien

que vos barranca
y yo
aguaderío
y sé bien que vos
silenciosilencio
y yo
palabragerminada
palabracamalote
flores y culebras.
Yo sé bien
porqué vos
espinilloespinillo
y yo aguasiempre
y de río
y sé también
que solo los sauces
se inclinan solo los sauces
beben de los ríos.

Mi mano envuelve la casa.

La noche es su espejo;

su metáfora.

Un tanto ausente últimamente

mi voz embriaga un cielo inmenso

del que pende una luna como muerta.

Despierta entre estas sombras

consciente entre estas sombras

sutil entre estas sombras

mi boca naufraga en la memoria,

desanda o tal vez construye recuerdos

  -esos largos caminos blandos-.

Vacila.

A estas horas inusuales

neutraliza palabras

que se tornan irreales

cuando las pronuncio.

Vos me mirás, preguntás.

Empecinada, algo confusa

yo sólo digo del sauce y de la higuera

que disputan el terreno del patio

alterados por el agua de este otoño.

Te volvés y gruñís

algo acerca de no se qué olvido mío.

Yo río

mi almohada también ríe

o se desangra

atenuada por la sombra que la habita.

Mención Certamen Interamericano de Poesía Fundación AVON -2005- Integra la antología "Mujeres que alzan la Voz"