La noche se somete
a la férrea voluntad de tu imagen.
Pasajera en tus palabras
habito un camino de sueños
donde tu sombra y tu aliento llegan
y las leves orillas de mis ojos
se estremecen.
Mi amor es esa puerta
entre tu ausencia y tu cuerpo.
Amanece y es un despojo,
el de la convicción de tu nombre.
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