jueves, 31 de mayo de 2018

Paréntesis XVI


Estoy curada de vos
de vos
o tal vez de él,
de ese que mi lengua explora. De ese
que cuando lame
te lame, o lo lame.

Mi lengua que lame, esa
que deja de ser mi lengua
en tanto duele
en tanto vive
esa no-muerte
que es para mí tu cuerpo,
¿o es el de él?
¿Es tuyo o de él ese cuerpo
que bajo mi lengua
deja de ser vos
aún en tu contra
aún en tu favor?

Mi lengua te lame
y me cura de vos.

martes, 29 de mayo de 2018

Paréntesis XV


¿Llegarías a mi playa
sin tu cuerpo?
¿Llegarías solo,
sin tu cuerpo,
sin tus manos, sin tu piel?

Si así naufragaras en mí,
vos solo,
olvidado de tus ojos de tu voz, 
lo que no puede verse,
ocurriría,
lo que no tiene nombre
ocurriría
lo que no permanece
ocurriría,
entre nuestras sombras,
amparadas en el aura del río.

domingo, 27 de mayo de 2018

Paréntesis XIV


El resplandor de tus besos
sobre mis hombros,
y tu aliento
palpitando entre mis labios.

Las islas curvas de tu barba
progresando sobre mi piel,
y el rubor de mis mejillas
delatando tu fatiga.

Tu lengua hiriendo
las raíces de mi ser.
Mis pupilas suspirando tu nombre.

Interminablemente blanda,
me diluyo
en lo noche absoluta de tus ojos.

Penetro la hendidura que duele.
Tu voz y  tu frente,
del color traslúcido de la tarde,
laten en mi garganta.

Una sed crece, silenciada.
Despojada de gestos inútiles,
su luz enclaustrada, violenta
como un río
latiga las horas.

Ajeno a la muerte
mi cuerpo
se distiende en la llanura de tus manos.
Tu corazón titila en mi sangre.

Sobre mis senos
se abaten vibraciones opalinas,
y tu cuerpo de agua,
que no miente,
se eleva de mis dedos.

Solo mi amor es nuestro.

viernes, 25 de mayo de 2018

Paréntesis XIII


Las ensimismadas preguntas de mi piel
en busca de tus ojos, y
su resplandor ajustando mi cintura.

Tu boca secreta blandiendo
sílabas
entre los trozos de mi alma.

¿A dónde debo ir
errando por tu cuerpo?

La incertidumbre de tu voz
y el hueco ejercicio de las palabras.

Te presiento
más allá de mi frente
opaca.

¿A dónde debo ir?
¿Qué o quién responderá
a mis manos que vagan
el acertijo de tu nombre?

miércoles, 23 de mayo de 2018

Paréntesis XII


La noche se somete
a la férrea voluntad de tu imagen.

Pasajera en tus palabras
habito un camino de sueños
donde tu sombra y tu aliento llegan
y las leves orillas de mis ojos
se estremecen.

Mi amor es esa puerta
entre tu ausencia y tu cuerpo.

Amanece y es un despojo,
el de la convicción de tu nombre.


lunes, 21 de mayo de 2018

Paréntesis XI


Habito en desiertos
en mares en cumbres
que tu distancia
ardiente
me revelan -sol de agua-.
Bajo ciegos rayos de luna
las venas azules de mi lengua
se agotan.
Ya no renace el viento de tu voz
entre mis labios
ni tu mirada desnuda
alumbra
mi frente amurallada.

sábado, 19 de mayo de 2018

Paréntesis X



Te amé,
extraño arrepentido,
te amé en contra de tu voz,
de tus besos, de tus manos.

Te amé, extraño mío
y no pude someter tus heridas,
esos pequeños lobos,
guachos y hambrientos.
Te amé a contratiempo,
con la cintura amordazada,
mi cintura que no supo no pudo
aliviar tus párpados cerrados,
aún en el beso,
aún en el éxtasis.

Te amé, peregrino mío y
no logré desnudar tu lengua,
endulzar tu lengua calmar tu lengua,
no logré
desatar esas caricias, esos nudos
de tus manos, de tus ojos.
No logré conmover ese miedo
apretado en tus puños
en tus dientes, en tus dedos,
en tu pecho.

Te amé, secreto mío 
y no te alcancé.

No te alcancé, hombre sombra,
tan alto vos
tu cuerpo todo, tan altas
tu boca tu garganta tu mirada,
que no pude calmar tus pupilas,
no pude no supe, iluminar tu voz.

No te logré, no te rocé,
no te basté no te llegué,
no te alcancé no te escalé,
no llegué a tu cima: a vos,
velado, anónimo, insondable mío.

No merecí desnudar tu piel,
liberar
tu alma tu tormento, por un rato o
durante una hora,
o un eclipse, o un río,
liberarla                                                          
en la palma de mis manos,
soltarla entre mis muslos.

No te alcancé, peregrino extraño. 
Ya no podré guardar la imagen
de tu alma
en una cajita, junto a este secreto
tan pobre
que es solo mío,
guardarla para alumbrar inviernos
o lágrimas o risas,
guardarla a salvo del horror
en una cajita pequeña y transparente

te amé, amor que no fuiste mío,
ayer nomás, por la mañana
te amé
y no pude amanecerte.

jueves, 17 de mayo de 2018

Paréntesis IX



Nos tocamos y nos tocamos
húmedo-húmedo.
Afuera la luna tan blanca
…afuera siempre afuera
y yo queriendo
bañarme en gelatina.
Los minutos leprosos,
y un pedazo de pájaro, afuera,
afuera siempre.
Vos, fulminándote
en agua bendita
y yo secando tu sonrisa.
Los dos sorbiendo
sorbiéndonos
nadando como pececitos.

martes, 15 de mayo de 2018

Paréntesis VIII


El río aún sucede.
He desgarrado mi mano
de la tuya, anoche
entre las dos y las tres.
Callada, desgarrada-lejana, late
junto a la ventana.
Es mayo, veintiséis o veintisiete
y el frío
se ha retirado de la mañana,
como mi mano de tu mano,
después que todo
y nada
ha pasado entre nosotros,
en tanto el río
sigue sucediendo.

viernes, 11 de mayo de 2018

Paréntesis VII


He besado tus ojos
He pronunciado tu nombre
He visto tu deseo cuando duermo
y he tocado tu sombra
ayer en la mañana.
De tu barba ha nacido
una tristeza indomable
que tu boca ignora,
y en mis ojos un anhelo
que chapalea en el barro.
El infierno es el recuerdo
de aquello que no sucede
y la realidad
una llanura neutra e indiferente.
Mi corazón habita al borde de tus labios
y en mis manos descansa
tu única mirada.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Paréntesis VI


La repetición demente
de tu nombre
entre las sábanas
y el deslizarse de sus letras
hasta mi sangre.
Mi desnudez guardada
para tus ojos
y mis labios
y mis dientes
y mi lengua
cabalgando
en la llanura vertical
de tu deseo.

lunes, 7 de mayo de 2018

Paréntesis V


Secá tu llanto en mi melena
amigo amor
amor amigo
secá tu llanto,
en mi piel de aromo
de barranca mordida por el viento

venite a merodear mi cintura
y mis muslos de isla
venite
amigo amor
amor amigo,
y dejá que tu nombre
y tus rencores
se diluyan en mi lengua

dejame libar de tus dedos,
de tus ojos, de tu boca,
esa pena esas culpas,
dejalas perdidas olvidadas
amigo amor
perdidas olvidadas
amor amigo,
entre mis dientes plateados 
de perro guacho y hambriento

y al sol intermitente de tus ojos
dejalo dormir en mis manos de agua
y camalotes
de ceibos ardientes y  mudos espinillos, 
dejalo descansar en la tierra transparente
de mis palmas
en las palabras suaves de mis dedos 

y a esos fantasmas nocturnos
que te lanza el río como lluvia
como sueños como peces
dejalos extinguirse disolverse
en el tiempo que se acuna
sutil
en la tenue realidad de mis ojos.  

sábado, 5 de mayo de 2018

Paréntesis IV


La felicidad intermitente de tu risa
tras tu barba
y las razones claras y negras
en el rumor de tus pestañas.

Unas sábanas que se apiadan
lentamente
y una almohada donde
anochece un sol de tierra
que recuerda.

El aire frágil de mi aliento
no puede nombrarte,
no debe nombrarte
y la noche reduce los árboles
a astillas.

El color de mi piel vibra
entre tus dedos
y mis dientes arrancan las cortinas
con sus yemas.

Ni siquiera palpitan las estrellas.

Continúa
voz que tiembla
continúa
cuerpo invisible del mundo,
continúa o parte
raudamente 
borrando mis manos y mis ojos.
                                                               
¿Te serenarías si te dijera
que la luna no miente
que el río no miente
que no miente mi mirada?
¿Te serenarías si te dijera
que no te miente la mañana?

viernes, 4 de mayo de 2018

Paréntesis III


A la eternidad la engendran 
nuestros cuerpos recortados 
del río, del silencio,
la nacen nuestros sexos
la lavan nuestras lenguas
la aspiran nuestros labios.

A la eternidad la viven
dos gemidos y un ahogo,
uno solo,
grumoso,
concebido en la isla
azorada y compacta.

A la eternidad
la nacen la viven la lamen la muerden
tu voz en mi piel
tu mano en piel
tu anhelo en mi piel,
la nacen la vivan la entibian la hielan
mi cara en tu pupila
mi aliento en tu pupila
mis ojos en tus manos.

A la eternidad la nacen
y la miran como a un huérfano
nuestros dedos peregrinos
de la carne esa carne
que nos cubre nos demanda 
aniquila
y después 
después de engendrarla 
de nacerla beberla masticarla
la reintegran unas palmas suplicantes
a la luna
al río,
a la palabra.


jueves, 3 de mayo de 2018

Paréntesis II

Tus gestos carnívoros
tus dedos carnívoros
y tu barba que acude
a nuestro lecho
de piel y de palabras.

Mis manos carnívoras
mi boca carnívora                                         
y tu sexo anhelante
deshaciendo rosas que arden
en mi vientre de ceniza.

Un bosque lejano que retumba
y una certeza que no llora
palpitan en tu mirada
que me reintegra a la virginidad.

Las mañanas persisten.

martes, 1 de mayo de 2018

El primero. El que dio origen a la hisotria


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Tu mirada ofrecida como un río,
escapando           
y tu voz de tambor, de viento,
perforando luces de fantasía.

Sobre sábanas alquiladas
tus ojos tristes,
y tu deseo explorando,
dudando,
mudando viejas pieles
viejas caricias, besos viejos.

En la almohada tu mano indecisa,
tu boca indecisa
tu ansia indecisa,
y tu piel oponiéndose,
rindiéndose.

Una luna de juguete, 
marcando minutos mezquinos,
y una música que eligió alguien
alguna vez, en algún tiempo,
agonizando.

La noche temblando en tu lengua
deshaciéndose en tus brazos, 
ahogándose en tu cuerpo.
y algún rescoldo de amor,
hecho de jirones de ensueños,
multiplicado en los espejos.

jueves, 15 de marzo de 2018

FOTOGRAFÍAS

Resultado de imagen para hombre junto al mar
Ese hombre se agiganta junto al mar
se va alzando sin prisa
desde la arena,
levanta la cámara,
rodea con el brazo una mujer,
la toma por el hombro,
la acerca a su pecho.
Tras los lentes de sol
sus ojos dicen
esta es mi mujer
aquellos que juegan
son mis hijos
este es mi mar.
Ese hombre se agiganta junto al mar
una risa le sube
desde la garganta,
un grito
le sale por las orejas
sus manos sujetan las olas, él
las atraviesa como un niño
primero una después otra
después otra más.
Ese hombre se agiganta  junto al mar
entretanto frente a un río una mujer
hecha de algunas pocas letras
se aferra a su amor, 
y lo espera.




lunes, 5 de marzo de 2018


EL MONO MUERTO

Ya no volveré a escribir Un Verano
ni El Narrador. No nacerá
el vigésimo Paréntesis.
Soy vulgar y obscena.
Me quedan mamá
y algunos viejos enemigos:
de Capote el látigo
de Borges la ceguera
la locura Pizarnik
de Cortázar…nada,
¿acaso puede guardarse la luz
entre los dedos?
Soy vulgar,  obscena
y me quedan algunos enemigos viejos,
también un poco de horror
e intacta la espera.


domingo, 4 de marzo de 2018

“Alejandra Pizarnik: poesía y muerte”

ACTA DEL JURADO X PREMIO INTERNACIONAL ARTIfice 2009

En la Salón de Actos de la Biblioteca Municipal Ibn al-Jatib, siendo las 18,30 h. del día 15 de
Septiembre del año 2009, se reúne el jurado calificador del 10º PREMIO INTERNACIONAL ARTÍFICE DE RELATO CORTO Y POESÍA DE LOJA convocado por el Área de Cultura del Ayuntamiento lojeño, según la composición recogida en sus bases.

PREMIO JIMÉNEZ CAMPAÑA
“Alejandra Pizarnik: poesía y muerte”, de Marianela Alegre (Sante Fe, Argentina)

Juan Alonso Sánchez Martínez
Director de Cultura del Ayuntamiento de Loja
Secretario del Certamen


"Marianela maneja el verso corto conciliando lirismo y reflexión con la maestría de una cuchilla que rasgara nuestra sensibilidad. Cabalga sobre nuestra conciencia sacudiéndola y lo hace con extrema elegancia.
La erudición cruza sus versos sutilmente junto a las referencias cotidianas, y así, su poesía posee la fuerza de un arma cargada de matices psicológicos para hacer estallar la emoción.
Las palabras no/ me alcanzan, dice, y sabemos que miente. Las palabras la aman, y ella ama a las palabras con la pasión que nace directamente del corazón, por eso nos las entrega en cascada de imágenes frescas que desgarran nuestro universo con angustia contenida".
Teresa Gómez*
*Miembro del comité calificador del X Premio Internacional ARTÍfice, Loja-Granada 2009.



Imágenes Alejandra
(Alejandrísima,
decía Cortázar)
Rotura que 
cruza la razón
hacia la nada,
lo real donde
espera el monstruo
que cuece las babas
de los sueños.
Si me regalas
tu tiempo de ánfora
y silencios,
tal vez no coma
de tu mano,
y recline mis cabezas
de Medusa
ante el hueco
de tus ojos
que viven como abismos 
sonriendo negruras.


Apasionada insomne
sin mentiras
sin sombras.
Sonámbula con espinas
opacas, enraizada
en el cono de la noche,
mutilada, desgajada.
Nombradora de lo indecible.
Si me regalas
el tiempo de alba
y sufrimiento
al que saltaste aquel día,
tal vez no beba de tu boca
y  doble mis rodillas
ante la paradoja
de tus manos
que viven como algas
lamiendo océanos.
Imágenes Alejandra.
(Alejandrísima,
decía Cortázar).


                            
Ella, Alejandra-muerte
se pensó toda la tarde
no se caminó
no se lloró
ni se despedazó
sólo se pensó
a sí misma
con ese otro rostro
de otro, toda la tarde.

A eso de las siete
se durmió
sobre el sillón
encogidas las piernas
apretados los brazos
y la boca abierta
a una mosca suicida.

No cenó. Bebió.
Después lloró con la cara
entre las manos
los pies descalzos
sobre la alfombra
hasta que las luces
de la calle
se encendieron sobre sus ojos.

Se asomó al balcón
al aire quieto
a los árboles.
Vio manchas
con espadas
miró hacia abajo
se aferró a la baranda
luchando
contra alguna necesidad
que se desmoronaba.

Pensó: dieciocho de enero,
muerte de papá.
Podría llorar
mucho. También gritar
un poco y para adentro
como navajazos.
Pero no es enero.

Se trepó a la maceta
y soltó la baranda,
hizo equilibrio
puso sonrisa.
Jugaba. Recordaba 
bajate de ahí
sí mamá
El teléfono sonó.

Lo escuchó sonar
dos tres cuatro,
contó.  Si suena
otra vez…pensó
El miedo era fuerte
sin duda.
Cinco. Corrió
hola
hola
tup tup tup
tuuuuuuup

Tiene que curarse
o ser reparada
como sea
pero pronto
antes de que amanezca
o de que vuelva a llover.

Mediocres. Mediocres
piensa
quisiera ser ellos
entrar en ese mundo
de ellos
salida de mis vísceras
de mis venas
de esta segunda luz.

Arroja palabras
quema palabras
llora palabras
destila palabras
se disecciona
cruje palabras
mastica palabras
rompe palabras
habita palabras
que la habitan.

Bicho, lee,
Julio me quiere, piensa
o me teme
me sabe
enamorada del dolor
no entiende
que la muerte me vive
a todos nos vive.
No atiendo el teléfono
y me llama por cartas.

Estoy podrida
es cuestión de tiempo
para que se note
soy vieja ya
soy fea siempre
adolescente,  una llaga
desdoblada.

Octavio dice
construcción poética
después lo escribe
y es una orden.
Yo le digo
es un rasguño
no he penetrado más
más que mi piel
no veo mis entrañas
solo mi piel
que insiste en contener
esas versiones
que insisten es ser yo.

S. no me ama ya
ni mi aliento
ni mi sexo
que sangra junto
al suyo que sangra.

Si pudiera no morir
moriría de todas
formas.

No existiendo el silencio
No existiendo el silencio
No existiendo, sabe
es de oro
y de flores
en los sombreros
y en los cuerpos
desnudos
mujer-mujer
mujer-hombre
Amor
mujer-silencio-mujer
mujer-silencio-hombre
niña-amor
salto
muriente.
Sabe, y escribe
en el espejo
será pequeño el suicidio
pequeño y silencioso.

Se ha embriago
sin alcohol
y roza la sombra
de su sombra
adolescente afilada
contra las piedras
contra las palabras-piedra
las piedras-ciudad
las piedras-locura
las piedras-silencio
y esas otras piedras
sus manos
“ -yo no puedo más,
alma mía, pequeña inexistente,
decidíte;
te las picás o te quedás”

La luz se avecina
inocente. Cede.
Ella, Alejandra
no cederá.
Bebe, es agua
S     olo agua y
….
no la nombra
la ingiere y no la nombra
piensa que su muerte tendrá
finalmente un nombre
pero no lo nombra
lo ingiere y no
lo nombra. La
luz cede. Ella, Alejandra
no cederá. Bebe, agua.
“yo, por mi parte, no puedo más”

Los síntomas son, lee
no hay dolor
eso le gusta
es cobarde así que
eso le gusta
ya lo ha intentado antes
pero siempre despertó
antes, es primavera
en Buenos Aires, otoño
en París, París, París, piensa
tal vez despierte en París
siempre y cuando
no despierte, no me encuentren
no me  laven por dentro
me suelten
me dejen salir
de mi cuerpo
y esta ciudad
y este error sin
poesía
las palabras no
me alcanzan, duelen
más que el tiempo
muerden venas
no
saben, ellas tampoco
no
sobreviven, ellas tampoco
no
barajan, ellas tampoco.
Suena el teléfono
uno, dos, tres,
cuenta
cuatro, si suena otra vez
lee
dificultad, lee
respirar
 “Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan”
lee
latido rápido
del corazón.

Piensa
lecho ¿He de acostarme?
¿desnuda o vestida?
quien me encuentre
verá una roca
verá la locura
entonces
¿vestida o desnuda?
herida
fría
sin temor a enloquecer
a ser pobre
a ser bella
a ser mujer
a la fuga.
“La muerte siempre al lado.
Escucho su decir.
Sólo me oigo”
Se entra en coma, lee, y
muerte es
lo último que lee.
Alejandra,
Alejandrísima
la llamaba Cortázar.